Algunos de los ejes fundamentales de la Agenda Digital España 2025 empiezan a tomar impulso. Es el caso del Plan de Conectividad, que ampliará la extensión de la banda ancha al 100% de la población en 5 años, y también de la Estrategia para la tecnología 5G. El Gobierno ha anunciado una dotación de 4.320 millones de euros para ambos objetivos.
La extensión de la banda ancha incluye medidas para incentivar el despliegue de esta infraestructura tanto en centros urbanos como en las zonas más despobladas. El gran objetivo es superar la brecha digital territorial y que en 2025 la banda ancha llegue a toda la población con una velocidad de 100 megabits por segundo.
Esta velocidad es hoy accesible para el 84% de la población y dentro de un año se espera alcanzar el 91% de cobertura. En la España rural la cifra de cobertura de fibra óptica es menor y se sitúa en el 46% de la población. A pesar de ello, duplica la media europea y está muy por encima de Francia (12%), Alemania (6%) o Reino Unido (6%).
Para llegar al 100%, el ejecutivo prevé una inversión de 2.320 millones de euros hasta 2025. De ellos, 583 millones están incluidos en los Presupuestos Generales del Estado de 2021.
Favorecer la economía
Otro objetivo, más específico y vinculado a la extensión de la banda ancha, es el refuerzo de conectividad para que todos los entornos empresariales (polígonos industriales, centros logísticos, parques empresariales, etc.) dispongan también de una cobertura del 100% y tengan una conexión de un Gigabit por segundo en 2025.
En el caso de las pymes, que generan en su conjunto más del 65% del empleo del país, el gobierno pondrá en marcha un programa para facilitar bonos de conectividad digital a aquellas empresas que participen en programas públicos de impulso a la digitalización.
La tercera pata del Plan de conectividad se centra en las infraestructuras digitales transfronterizas y el impulso a la participación en programas europeos de interés común (IPCEI) que se ejecutarán en el período 2021-2027, como la Alianza europea sobre datos industriales y Nube y el sistema satelital de comunicaciones seguras.
El Plan de Conectividad incluye también dos aspectos complementarios. Uno relativo a la reforma normativa y sistemas de Información pública (que incluye la aprobación de la nueva Ley General de Telecomunicaciones), y otro a la renovación de infraestructuras de telecomunicaciones en edificios, que comprende medidas de apoyo a la eficiencia energética.
Alineados con Europa
Los objetivos marcados por el gobierno en el Plan de Conectividad se enmarcan en las grandes estrategias europeas impulsadas en 2016 por la Comisión. En aquel entonces se estableció una revisión ambiciosa de la normativa encaminada a mejorar la competitividad a través de la conectividad. Asimismo, se consideró que el fomento de la inversión en redes de muy alta capacidad resulta cada vez más importante para la educación, la atención sanitaria, la industria manufacturera o el transporte.
Todo ello sentó las bases de tres objetivos estratégicos de conectividad en el horizonte 2025, que coinciden con los que marca el Plan de Conectividad español.
El primero era que todos los motores socioeconómicos importantes, como los centros educativos y de investigación, los nudos de transporte, los proveedores de servicios públicos, como los hospitales y las administraciones, y las empresas que dependen de las tecnologías digitales, debían tener acceso a una conectividad con velocidad de un Gigabit de datos por segundo.
El segundo objetivo establecido para 2025 fue que todos los hogares europeos, rurales o urbanos, tuvieran acceso a una velocidad de descarga de al menos 100 Mbps. Y el tercero procurará que todas las zonas urbanas, así como las principales carreteras y ferrocarriles, dispusieran de cobertura ininterrumpida de 5G.
La idea subyacente en la Estrategia impulsada por la Comisión es que esta dinámica para mejorar la conectividad será capaz de crear 1,3 millones de puestos de trabajo hasta 2025 y hará posible la consecución de un Mercado Único Digital y de un ecosistema digital europeo que pueda competir a nivel global.
Hacia la hiperconectividad
El segundo gran eje de la Agenda Digital España 2025 que el gobierno quiere priorizar es la tecnología 5G. Esta tecnología permite la hiperconectividad; es decir, las conexiones permanentes, de alta capacidad y a gran velocidad entre personas y entre máquinas. El ejecutivo prevé inversiones de 2.000 millones hasta 2025 en este ámbito, de los cuales 300 millones están asignados en los Presupuestos para 2021.
Las inversiones se despliegan en tres líneas. La primera incluye acciones para facilitar la disponibilidad de las bandas de frecuencia prioritarias para los servicios 5G. En este sentido, España ya subastó en 2018 una de las bandas de frecuencias prioritarias, la de 3,5 GHz, lo que ha impulsado las primeras ofertas comerciales de los operadores, y está previsto que se realice la subasta de la banda de 700 MHz en el primer trimestre de 2021.
La segunda línea establece medidas de apoyo al despliegue de redes. Las metas son que 75% de la población española disponga de 5G y que haya cobertura 5G ininterrumpida en las principales carreteras, ferrocarriles, aeropuertos, y otros puntos singulares.
La tercera línea incorpora medidas para construir un marco regulatorio y administrativo que propicie un clima inversor, como la Ley de Ciberseguridad, que debe transponer al ordenamiento jurídico español los instrumentos señalados por la Unión Europea para crear un entorno confiable.
Una pequeña revolución
Por sus características, el 5G es determinante como vector de extensión de la cobertura de redes de alta velocidad. Pero todos los expertos subrayan que su potencial va más allá de una simple mejora tecnológica: supone una pequeña revolución en campos como la industria, los negocios, la salud o la movilidad, con una gran capacidad para mitigar la caída de la economía en un contexto de recesión.
España parte de una posición avanzada: lidera el ranking de experiencias piloto 5G, contando con 32 de las 245 experiencias piloto pre-comerciales en marcha en toda la Unión Europea, además de ser el segundo país europeo en número de ‘Ciudades 5G’, con 39 ciudades habilitadas, solo por detrás de Reino Unido.
Además, una cuarta parte de la población ha manifestado conocer la tecnología y existe una valoración favorable de ella, según una encuesta realizada a nivel europeo.
El despliegue de infraestructuras 5G forma parte, junto al Plan de Conectividad, de una política de vertebración territorial y cohesión económica y social. Por esta razón, se habilitará un instrumento de ayudas que incentive al despliegue de infraestructuras 5G en aquellos territorios y corredores donde se observe que esta tecnología proporciona un mayor efecto transformador.
Capital privado
Tanto el Plan de Conectividad como la Estrategia para el 5G son dos ejes de la agenda España Digital 2025 que recibirán en los próximos años 4.320 millones de euros de inversión. El gobierno espera que ambos ejes sean capaces de movilizar, adicionalmente, una inversión privada de 24.000 millones de euros.
El atractivo para el capital privado de estos ejes se explica en buena parte porque han sido identificados como palancas de recuperación e impulsores de la transformación digital en la Estrategia Anual de Desarrollo Sostenible de la Unión Europea.
La importancia de los dos ejes también se señala en el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de la UE y en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la economía española, presentado el pasado 7 de octubre, que destinará un 33% de sus fondos a la digitalización.
(Foto: ICS/Depositphoto).