Las telecomunicaciones están mostrándose como esenciales en esta crisis provocada por el COVID-19. Y lo hacen en muchos planos. En este nuevo artículo, dos compañeros del COIT, Antonio Portilla y Silvia Jiménez, nos actualizan la situación de las telecomunicaciones españolas en el ámbito de la conectividad, demostrando que estamos a la vanguardia de Europa gracias en gran parte a la profesionalidad de los Ingenieros de Telecomunicación.
En el congreso de la Federación de Asociaciones nacionales de Expertos de las Tecnologías de la Información y las Telecomunicaciones a nivel europeo (FITCE), celebrado en Madrid en el año 2017 con motivo del 50ª Aniversario del COIT, el director de la Escuela de Ingeniería de Telecomunicación de la Universidad de Vigo, Íñigo Cuiñas, dijo una frase que se quedó en la memoria como perfecto descriptor de la actualizad de aquel momento: “Las telecomunicaciones hoy son las neveras de los años 50”.
Lo que quería decir Íñigo con esta frase es que hemos dado por hecho que las telecomunicaciones, las redes y servicios de telecomunicación, nuestras comunicaciones móviles, nuestro acceso a Internet, etc., habían estado, estaban y estarían siempre ahí. Nos habíamos convertido en lo que, en términos económicos, se denomina una ‘commodity’. Habíamos perdido valor, tanto de mercado como social. Sin embargo, no éramos los únicos, puesto que nuestro estado de bienestar ha conducido a que demos por hecho cosas tan fundamentales como la sanidad, la educación o la logística (tanto de alimentos como del resto de bienes de consumo).
Sin embargo, es en tiempo de crisis, cuando las cosas esenciales vuelven a primera línea, y como un Cincinato de los tiempos modernos, las telecomunicaciones están en primera línea de batalla en momentos de adversidad. Una batalla que damos porque, pese a las dificultades, el sector TIC en España, gracias a sus profesionales, está preparado para ello. En este artículo intentamos dar algunas claves.
Las infraestructuras de telecomunicación (dentro y fuera)
Las infraestructuras son básicas, nada se puede hacer sin ellas. En España el nivel de acceso por parte de la población a infraestructuras de telecomunicación es muy elevado. Considerando las redes fijas, según datos de la CNMC del tercer trimestre de 2019, el número de accesos totales (todos los operadores) de Nueva Generación (NGA) alcanza los 57 millones y el número de líneas (físicas) de banda ancha fija llego a 15,25 millones, de los cuales 9,83 millones fueron de fibra (FTTH). En el contexto europeo, España es el país con mayor despliegue de fibra óptica, exceptuando Lituania y Letonia, que tienen un despliegue importante de FTTB, que limita la calidad del acceso de banda ancha.
Comparación de la penetración de la fibra óptica en Europa (2018), Fuente: IDATE para el FTTH Council Europe, marzo de 2019.
Es fácil entender que los costosos despliegues de redes fijas de banda ancha se centran en las zonas urbanas. Es por ello que en el año 2018 las zonas rurales tenían una cobertura de HFC menor del 1%. Sin embargo, desde el punto de vista de banda ancha fija (>2Mbps), las poblaciones de menos de 100 habitantes tenían una cobertura del 50% y las de entre 100-500 habitantes la cobertura alcanzaba el 100%.
En cuanto a redes móviles, el número de líneas móviles de banda ancha asociadas a un contrato de voz llega a 46,3 millones, a lo que hay que sumar casi 1,5 millones de líneas exclusivas de datos (fuente CNMC). Considerando la tecnología propia de la banda ancha móvil, LTE (4G), la cobertura poblacional en España a final del año 2018 era del 99,5 % de los hogares. En poblaciones rurales de menos de 100 habitantes, la cobertura era del 68,4 %, ascendiendo al 85,4 % en poblaciones entre 100-500 habitantes.
Cobertura poblacional de LTE en 2018, fuente Informe Económico Sectorial, Telecomunicaciones y Audiovisual, CNMC.
Como se puede deducir de los datos anteriores, España tiene una infraestructura de telecomunicación muy robusta y preparada para asumir el reto de la situación actual. En cuanto a los clientes y usuarios de esta infraestructura, los españoles hemos aceptado masivamente las TIC en nuestros hogares. Según el informe del ONTSI (2018), el 98% de los hogares cuentan con teléfono móvil y un 79,5% disponen de ordenador.
El uso de la administración electrónica alcanza el 56,6% de los hogares, cerca del 60% el uso para el comercio electrónico y un 40,5% disponen de algún tipo de servicio “Cloud”. En el entorno empresarial, la situación es similar o incluso mejor, pues casi el 100% de las empresas dispone de infraestructura informática y el 98,7% dispone de acceso a internet. Las empresas usan masivamente la administración electrónica. Un alto porcentaje, 75%, dispone de firma digital y un 23% usa servicios ‘cloud’ (en este punto hay que tener en cuenta la estructura económica de España). El negocio electrónico asciende al 78%.
En definitiva, nuestras redes, infraestructuras y equipamientos, tanto dentro como fuera, están preparados para asumir los retos de las comunicaciones que una crisis como la que estamos viendo nos plantean.
Telecomunicación: Un sector esencial
Y es que el sector IT, en toda su extensión, es crítico y fundamental no solo para contribuir significativamente a la batalla contra el coronavirus, sino que es al sector al que debemos mirar para poder paliar los efectos económicos que conlleva esta situación. El hipersector TIC y de Contenidos contribuyó al PIB nacional con un 7,3% en 2018. Aunque no se dispone, todavía, de datos del 2019 se espera una tendencia ascendente.
La estructura productiva de nuestro país, hace que nuestro sector pueda convertirse en el motor transversal que impulse a todos los sectores. Las tendencias tecnológicas entre las que figurarán la Inteligencia Artificial (IA), blockchain, expansión del IoT, industria 4.0, el desarrollo de la 5G (por supuesto) y los sistemas Smart (Smart agricultura, Smart movilidad, Smart salud…) son perfectas para ser aplicadas en nuestro país siempre y cuando los esfuerzos empresariales y políticos se alineen en la dirección correcta.
Un ejemplo claro de alineamiento de intereses entre el sector público y privado es el caso de la Inteligencia Artificial. Todas las empresas en todos los sectores están haciendo uso de técnicas de IA o Big Data en proyectos concretos, además de existir una Estrategia Española de I+D+i en Inteligencia Artificial, así como grandes grupos de investigación en las universidades e importantes expertos a nivel mundial como Nuria Oliver, (Ingeniera de Telecomunicación del Año en el 2018) o Darío Gil (World Research Leader de IBM).
Otro ejemplo significativo es el desarrollo de la tecnología 5G en España. Gracias a las potentes infraestructuras de red fija y móvil; a los esfuerzos gubernamentales como el Plan Nacional de 5G o las dos convocatorias de Pilotos 5G (han participado los cinco operadores más importantes de nuestro país), y a la existencia de más de 30 empresas e instituciones, España está en una posición envidiable para estar en la locomotora europea del despliegue comercial y desarrollo de casos de uso con su correspondiente monetización. Es verdad que el coronavirus nos ha hecho frenar un poco al tener que postergar la subasta del espectro en 700 MHz, pero solo es un parón momentáneo.
Coronavirus, crisis y oportunidad
La palabra japonesa para designar crisis es Kirai, que significa a la vez peligro y oportunidad. Es cierto que la crisis del coronavirus representa un peligro mayúsculo, sobre todo por las personas que lamentablemente están falleciendo y por las implicaciones sociológicas y económicas que tiene. Pero debemos mirar al futuro e intentar ver las oportunidades. En este artículo del blog Tecnoestrategias se citan muchas de ellas, pero me gustaría añadir con la que he comenzado este texto. La crisis del coronavirus ha dado la relevancia que se merece a la Telecomunicación, como uno de los instrumentos básicos y esenciales para la sociedad, tanto en el plano económico como en el social. Es nuestra oportunidad y nuestra obligación aprovechar este impulso y no volver nunca a ser una “commodity” (Foto: ICS/Depositphoto).
Antonio Portilla. Coordinador del Grupo de Políticas Públicas y Regulación, COIT. Director del Observatorio UAH-ISDEFE en TIC y Avance Digital.
Silvia Jiménez. Miembro del Grupo de Políticas Públicas y Regulación, COIT. Subdirectora del Observatorio UAH-ISDEFE en TIC y Avance Digital.