Construir una gran ciudad es sencillo, ironizaba el senador neoyorquino Pat Moynihan. Solo hay que crear una gran universidad y luego esperar 200 años. Cien promociones de Ingenieros de Telecomunicación en España demuestran que el efecto puede ser aún más rápido. Las decenas de miles de Ingenieros salidos primero de las escuelas de Madrid y Barcelona, y luego de universidades por todo el país han contribuido a modernizar la economía, a impulsar la innovación y la productividad, y a construir un país más próspero para todos.
La Universidad Politécnica de Madrid, heredera y custodia de la primera de esas escuelas, capta esta idea en su lema ‘Technica impendi nationi’, que viene a decir algo así como ‘La tecnología dedicada a la nación’. El concepto es sin duda certero. Y, sin embargo, el propósito de la Ingeniería va aún más allá, como ha quedado claro en los últimos meses.
La pesadilla global del coronavirus ha demostrado que la tecnología es fundamental para nuestro futuro como especie. La biotecnología nos está ayudando a entender y a combatir al letal enemigo. Y las Telecomunicaciones nos están permitiendo mantener viva nuestra actividad humana: aprender, trabajar, comerciar, mantenernos informados y en contacto con nuestros seres queridos, disfrutar del arte y divertirnos, pedir ayuda y darla a otros.
Cuando volví a Georgia Tech en septiembre le hice esa pregunta a nuestra comunidad universitaria: ¿Por qué hacemos lo que hacemos? Después de semanas de discusiones acordamos que nuestro propósito es desarrollar líderes capaces de avanzar en tecnología y mejorar la condición humana. De eso se trata, de poner la tecnología al servicio de las personas: ‘Technica impendi homini’.
Felicidades a esta ilustre fraternidad de Ingenieros por los primeros cien años. Sigamos hacia adelante. Queda mucho trabajo por hacer.
Ángel Cabrera, rector del Georgia Institute of Technology (@GeorgiaTech) e Ingeniero de Telecomunicación por la ETSIT-UPM.