Es evidente que en las disciplinas STEM en general (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas por sus siglas en inglés) y en el sector de las telecomunicaciones en particular existe una brecha de género: la tasa de mujeres en las universidades españolas que ofrecen carreras relacionadas con estas disciplinas sigue siendo baja. Algo incomprensible y sorprendente cuando nos encontramos en plena revolución tecnológica y transformación digital y cuando lo cierto es que el talento femenino aporta diversidad y la diversidad en general (de género, edad, cultura…), nos hace estar más preparados para avanzar, nos permite tener grupos donde se afronten los problemas con diferentes perspectivas, donde la creatividad y la innovación nos permiten ofrecer soluciones y servicios con un gran impacto para la sociedad.
En este sentido, el pasado 11 de febrero ingenieras de Vodafone celebraron el webinar #ChicasEnRed como parte de los talleres que la Fundación Séneca organiza junto con el Colegio Oficial de Ingenieros de la Región de Murcia. El objetivo de la charla era motivar a que las niñas escojan carreras STEM y analizar los motivos por los que no son carreras demandadas por las mujeres. Además, intentaron romper esos mitos hablándoles desde su propia experiencia.
El talento femenino no solo es fundamental para las organizaciones, sino también para el desarrollo de todo el país en su conjunto. Según el informe que hemos realizado en 2020 junto con ClosinGap ‘Coste de oportunidad de la brecha de género digital’; de los 4,2 millones de ocupados en disciplinas STEM que hay en España, apenas un 10% (concretamente, 420.000 personas) trabajan en los sectores más digitales de la economía española. De estos, el 79% son hombres; es decir, por cada hombre en esta situación hay 0,3 mujeres, lo que refleja una amplia brecha de género.
Pero ¿cómo podemos ayudar a subsanar esta brecha de género? Una de las soluciones sería atajar este problema a través de la educación y el acercamiento a las nuevas tecnologías desde edades tempranas. Tenemos que mostrar a las niñas desde pequeñas su propio potencial, deben tener la oportunidad de familiarizarse a través de formatos de aprendizaje basados en el juego, en aprender haciendo, siempre con las nuevas tecnologías muy presentes. Así, cuando lleguen a la juventud y tengan que decidir qué estudiar a un nivel universitario, estas tecnologías ya habrán sido parte de su formación y formarán parte de ellas.
Sin embargo, este es un trabajo que atañe a la sociedad en su conjunto y aún queda mucho trabajo por delante. Todos podemos hacer algo para impulsar la igualdad entre las mujeres y los hombres en nuestros propios hogares, en el seno de nuestras empresas y en nuestros entornos más cercanos. Esfuerzos que también han de ser recogidos y amplificados por los poderes públicos en colaboración con el sector privado, pues así́ es como conseguiremos ser más fuertes.
Ahora más que nunca, las telecomunicaciones están ahí y gracias a ellas nos hemos mantenidos ‘unidos’ y conectados pese a todo. Esta realidad debería extrapolarse también al papel de la mujer en esta rama de la ingeniería y todo lo que es capaz de aportar porque, la sociedad también necesita mujeres ingenieras.
Autora: Laura Galián Salinas, vocal de la Junta de Gobierno de COITeRM (Región de Murcia)