El medio ambiente digital que nos rodea, cada vez más, deja de ser un complemento para nuestra realidad tradicional y pasa a ser un entorno sustitutivo en el que se difuminan las limitaciones del tiempo y del espacio. Ha experimentado un vertiginoso crecimiento que nos ha hecho evolucionar muy deprisa para adaptarnos y prosperar en él. Dentro de este proceso de adaptación al nuevo medio, resulta esencial la preservación de los derechos fundamentales de las personas, uno de cuyos frentes ahora se extiende al nuevo entorno digital a través de los llamados derechos digitales.