Pertenezco a la primera promoción de la Escuela de Barcelona, la segunda que se creó en España, después de la de Madrid. Tuve la suerte de formar parte de una promoción creativa y pionera, formada por compañeros que han desarrollado carreras profesionales muy brillantes (con el tiempo he aprendido lo que suele ocurrir con las primeras promociones, que deben acostumbrarse a trabajar con pocos medios y abriendo nuevos caminos) y educada por jóvenes profesores, muchos de ellos recién llegados de hacer su doctorado en USA, dirigidos por el excepcional director Ricardo Valle, gran renovador de la enseñanza de Telecomunicaciones en España y persona muy querida por todos los que le conocimos y tuvimos la suerte de ser sus alumnos.
En aquellos tiempos los Ingenieros de Telecomunicación éramos una ‘rara avis’ y normalmente teníamos que dar una explicación a quienes nos preguntaban qué habíamos estudiado. Explicación que muchas veces no convencía a nuestros interlocutores, pues les sonaba a algo muy extraño, etéreo y complicado. Lo que más les sonaba de lo que estudiábamos era la televisión, lo que tenía el riesgo de que te encargasen la reparación de la tele de casa si no funcionaba...
Con el tiempo nuestra profesión fue adquiriendo un papel destacado en la sociedad, a medida que lo hacían nuestras tecnologías. Ya nadie duda ni discute el papel predominante que los Ingenieros de Telecomunicación (ahora llamados ‘telecos’). Hemos jugado y jugamos en la gran transformación social que las Telecomunicaciones y las tecnologías digitales están propiciando.
Electrónica, TV digital, satélites de Telecomunicaciones, comunicaciones móviles, Internet, redes sociales… han ido irrumpiendo en nuestras vidas de forma sucesiva, imparable y acelerada, transformando nuestra sociedad y la forma en la que nos relacionamos, entretenemos y trabajamos.
Hoy los telecos estamos en el centro y somos actores destacados de la digitalización de la sociedad en todos sus ámbitos.
¿Y en el futuro qué?
El futuro de nuestra profesión es brillante. No sé si nos seguiremos llamando telecos o habrá que adaptar el nombre a la realidad que vivimos los profesionales, mucho más rica y variada que el estricto campo de las Telecomunicaciones...
La Inteligencia Artificial, la realidad virtual y aumentada, la ciberseguridad, la micro y nanoelectrónica, la algorítmica, la ciencia de los datos, las constelaciones de satélites, la industria conectada, Internet de las Cosas, la movilidad sostenible, la robótica avanzada, la conexión ‘bio-info-nano’, etc. y otros muchos por descubrir, serán los campos de actividad de los telecos (¿o ingenieros digitales?) del futuro, a los que auguro un brillante porvenir.
Pedro Mier
Ingeniero de Telecomunicación.
Empresario tecnológico.
Presidente de AMETIC